Pestañas

lunes, 5 de septiembre de 2016

Cómo me duele...





Cómo me duele que a nadie le importe lo
que nos duele...

Qué lujo, qué regalo,
un dia, un dia abierto como un dios desvenado.
Salirnos de nosotros para amar esa nube,
esa pluma de pájaro que desciende y eriza
la ternura del mundo.

Sería tan sencillo... y sin embargo,
basta el grito de un niño, la mirada
de una mujer mendiga,
para caer de nuevo en la obediencia
para llorar más solos que nunca la desdicha
de no saber por qué todo nos mata,
de no saber por qué somos esclavos,
de no saber por qué seremos siempre
humillados, oscuros, desolados, poetas.


Joy Boixet




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