Tu voz me hace ala.
Tu voz me hace nube.
Tu voz me hace luz.
Y es cristal el alma
y es gozo mi paso
cuando llegas tú.
Surjo de mi mundo
perdido en las sombras,
a tu claridad,
y tiemblan mis dedos,
rozando el milagro
de la eternidad.
Joy Boixet
Serenamente, si, serenamente.
Llegados ya a la edad
en que se ha de vivir serenamente,
soñar serenamente, morir serenamente.
Y qué tremendo trabajo es éste
de hacerlo todo, ¡Oh Dios!, serena-mente.
Joy Boixet